El pasado día 10 de septiembre, se publico la noticia sobre que el Alzheimer es contagioso. El Grupo de Demencias de la Sociedad Española de Neurología ha realizado el siguiente comunicado:
COMUNICADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE NEUROLOGÍA:
La Enfermedad de Alzheimer no es contagiosa
Dra.
Sagrario Manzano Palomo. Neuróloga. Coordinadora del Grupo de Estudio
de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología
Muchos medios se han hecho eco de los resultados obtenidos por un
estudio, publicado en la revista científica 'Nature', dirigido por los
investigadores John Collinge y Sebastian Brandner, del Departamento de
Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto de Neurología de Londres y
la Clínica Nacional de Priones en Reino Unido. Ante la cantidad de
titulares que señalan que la principal conclusión de este estudio es que
el “Alzheimer podría transmitirse entre humanos” o que “el Alzheimer
puede ser contagioso” el Grupo Estudio de Conducta y Demencias de la
Sociedad Española de Neurología desea aclarar las siguientes cuestiones:
•
Estos titulares se han generado de forma secundaria a un artículo
científico publicado en una revista médica donde se habla de la teórica
posibilidad de transmisión de un tipo de demencia. Trasmisión y contagio
son palabras totalmente distintas en el campo de la medicina. Contagio
es cuando existe la posibilidad de la propagación de una enfermedad de
un individuo a otro y en ningún caso se ha hablado de ello en dicho
estudio. Además, Alzheimer y demencia tampoco son sinónimos.
•
Este estudio ha analizado los cerebros de unos pacientes que de niños
fueron tratados con hormona de crecimiento humana obtenida de cadáver.
Una práctica que se realizaba mucho antes de poderse obtener de forma
artificial, como se hace hoy en día.
•
Según detalla el estudio, un grupo reducido de estos niños obtuvo dicha
hormona de unos cadáveres que tenían una enfermedad priónica, la
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). La enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob es una enfermedad tremendamente rara y muy diferente a
la Enfermedad de Alzheimer. Para esta enfermedad, que condiciona una
demencia rápidamente progresiva, existen casos tanto genéticos como
otros esporádicos que se contraen de forma iatrógena (por transmisión).
Los casos analizados en el artículo (sólo 8 pacientes), desarrollaron la
enfermedad décadas después, con todos los cambios cerebrales peculiares
que la enfermedad priónica conlleva.
•
En el estudio dirigido por los investigadores John Collinge y Sebastian
Brandner no se menciona en ningún momento la palabra Alzheimer. Hace
mención a una proteína llamada “beta-amiloide plegada de forma anómala”.
Tener esta proteína alterada no es sinónimo de tener una Enfermedad de
Alzheimer, pues existen otras enfermedades en las que también está
alterada (como por ejemplo en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob) y no
son una Enfermedad de Alzheimer. Además, no se menciona la existencia de
otra alteración en los cerebros de estos pacientes, muy característica
de la Enfermedad de Alzheimer, que son los ovillos neurofibrilares, por
tanto no se puede extrapolar que estos sujetos tengan Alzheimer.
•
Además, desde el punto de vista clínico, estos 8 pacientes
desarrollaron una demencia asociada a su enfermedad priónica, no una
enfermedad de Alzheimer. Por tanto, se trata de una interpretación
desacertada que debe ser aclarada por el bien de todos.
•
Ha existido, por lo tanto, varias malinterpretaciones del trabajo
realizado los investigadores John Collinge y Sebastian Brandner haciendo
equivalentes las placas de amiloide con la Enfermedad de Alzheimer y
también entre transmisión y contagiosidad.
•
Además, aunque el artículo publicado es muy interesante porque habla de
la posibilidad (teórica) de que la introducción de proteína
beta-amiloide en un cerebro sano pueda generar una amiloidosis, tampoco
es definitivo. Hay que analizar los datos con cautela, como todo en
medicina, y ver si son reproducibles.
•
El Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de
Neurología pide, a la vista de este tipo de informaciones, cautela a la
hora de tratar de simplificar términos científicos y más si se trata de
medicina. Titulares como los que se han generado a raíz de la
malinterpretación de este estudio, pueden generar mucho temor e
incertidumbre entre pacientes y familiares.
Fuente: CEAFA
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